El amor es tan ñoño
Un amigo mío llevaba como un mes en paradero desconocido. Finalmente, ha dado señales de vida. "Estoy enamorado", fue lo primero que me dijo. "Es la primera vez que me pasa algo así, es increíble", añadió. Comenzó a contarme como no pueden ir a cenar o a tomar una copa sin aguantarse las ganas de comerse a besos, como no pueden estar solos en casa sin arrancarse la ropa a los cinco minutos, como le gusta todo del otro. "Si es que me gusta hasta su cicatriz", concluyó.
Yo le dije que aprovechara el momento, porque esa magia de los primeros días acaba perdiéndose con el tiempo. Mejor dicho, se tranforma en otra cosa, más tranquila, más calmada, más profunda, pero menos excitante.
Mi amigo era de estos que no creía en el amor. Me hizo gracia verle así de ñoño. Yo también era así. Ver a las parejitas hablándose como niños pequeños, con diminutivos y apodos con nombre de animal, me hacía vomitar.
Hasta que me llegó la hora. Y uno se descubre a sí mismo cantando canciones de Alex Ubago y pensando: "pues no es tan feo el chaval. Si hasta tiene un punto o dos. ¿O será que tengo gustos raros?".

Un (ñoño) beso, anónimo lector.
Yo le dije que aprovechara el momento, porque esa magia de los primeros días acaba perdiéndose con el tiempo. Mejor dicho, se tranforma en otra cosa, más tranquila, más calmada, más profunda, pero menos excitante.
Mi amigo era de estos que no creía en el amor. Me hizo gracia verle así de ñoño. Yo también era así. Ver a las parejitas hablándose como niños pequeños, con diminutivos y apodos con nombre de animal, me hacía vomitar.
Hasta que me llegó la hora. Y uno se descubre a sí mismo cantando canciones de Alex Ubago y pensando: "pues no es tan feo el chaval. Si hasta tiene un punto o dos. ¿O será que tengo gustos raros?".

Un (ñoño) beso, anónimo lector.