Excursión por la blogosfera

Estos días me he dedicado a navegar por la Blogosfera (y por el océano vecino, la Fotologsfera). Es un océano inmenso y lleno de lugares extraños (y de monstruos marinos).

Ya comenté una vez como me sorprende la gente que lo cuenta TODO, con pelos y señales, sin preocuparse de quien pueda leer sus bitácoras. Parece que algunos utilizan la red como diván del psiquiatra o que tienen vocación de tertulianos de "Salsa Rosa".

Pero me sorprende aun más la gente que lo enseña TODO (o casi todo), al estilo de los fotologs brasileños que he descubierto gracias a Maggie Wang. Parece que en España los fotologs son más artísticos, aunque todo es puro exhibicionismo. La Red ha hecho realidad las palabras de Warhol: "todos tendremos quince minutos de fama" (incluso yo). De todas formas, ¿qué mente enfermiza es capaz de dedicar todo un fotolog a Paris Hilton?

Entre los blogs hay de todo. Pero, siendo malo, debo decir que predominan los aburridos. Leí hace poco que el 20% de los españoles tiene un bitácora. Sería mucho pedir que todas fueran interesantes. Personalmente, me espantan los blogs en los que alguien cuelga sus poesías de principiante, o los que comentan la actualidad política (¿hay tanto facha en la red?). En cambio, me gustan los que hablan de fenómenos paranormales y conspiraciones: los alienígenas ya están aquí. Y como no, los que están bien escritos y cuentan algo interesante. Hace poco descubrí éste, "Venturas y desventuras de un tío bueno" y me pasé una toda una mañana leyéndolo. Sospecho que tiene más de creación literaria que de realidad, como los "Blogs de una soltera" o el "Blog de una mujer gorda", pero es interesante.

Y con esto ya tengo excusa para poner la foto de un tío bueno. Por ejemplo, Gonzalo Miró.



Un (internáutico) beso, anónimo lector.

RUTINAS DE GIMNASIO

Ya he hablado en otras ocasiones de mi gimnasio. Creo que el único heterosexual que he visto en la sala de pesas ha sido a Santiago Segura, el mismo Torrente en carne y hueso. Cuando estoy pedaleando en la bicicleta estática, me sorprende lo bien vestidos que van casi todos: repeinados, ropa deportiva de marca, camisetas de tirantes bien prietas, zapatillas impolutas. Con mi pantalón corto de Todo a 100, mis viejas camisetas holgadas y mis zapatillas Kelme de toda la vida, a veces tengo la impresión de que llamo la atención.

También llamo la atención porque, en realidad, me pregunto yo para que van todos al gimnasio si ya están cachas, musculados o fibrados. El gimnasio debería estar lleno de gente como yo, normalitos, gordos, enclenques. Pero no, eso parece el plató de "Noche de Fiesta" cuando hacían los desfiles de ropa interior. Y si ellos y yo hacemos los mismos ejercicios, ¿por qué no tenemos los mismos cuerpos? Vale, ellos van todos los días y yo me dejo caer de vez en cuando. Y seguro que ellos no se van a cenar al McDonalds al salir del gimnasio. Me consuelo pensando que yo soy más feliz, o por lo menos, que no dependo tanto de mi físico para sentirme bien.

Aunque, siendo sinceros, no me importaría tener un cuerpo como para salir en una de las ilustraciones de Joe Phillips. Puede ser un buen propósito para el Año Nuevo... uno de estos que no se cumplen.



Un (vigoréxico) beso, anónimo lector.

Que viene la derecha

Las encuestas no mienten, se supone. El PP está a apenas un punto del PSOE en las encuestas sobre intención del voto. Yo soy de los que empieza a temer que Zapatero pase de presidente a lider de la oposición en las próximas elecciones.

Aunque no negaré que el actual Gobierno, a veces, da sensación de improvisación o descoordinación, me llama la atención lo pronto que la gente ha olvidado al señor Aznar y su estilo autoritario. Parece que son muchos los españoles que prefieren el estilo de oposición hostil y cerrada de Rajoy, un "NO" por sistema a cualquier intento de cambio social.

Me da rabia ver que los obispos, el Foro de la Familia y similares consigan sacar a la calle a decenas de miles de personas dispuestas a corear rancias consignas. ¿Dónde están los progresistas? ¿Por qué no se movilizan? Me da miedo que la sociedad española se esté haciendo cada vez más conservadora.

Un beso, anónimo lector.

ME PONE

Esta mañana, mientras venía al trabajo, he visto en un kiosko una de estas revistas para chicas. En la portada, en letras grandes, figuraba esta pregunta: "¿Te gustan los hombres o los niñatos?".

Espero que sea una pregunta retórica. Desde luego, yo no tengo ninguna duda: los hombres.

Lo noto en pequeños detalles, como el hecho de que me apetezca más pasear por la Puerta del Sol desde que han puesto unos inmensos anuncios publicitarios con la cara de Raúl.



(Por cierto, que el otro día me comentaron que tengo un aire a Raúl, cosa que me alegró el día aunque no sea verdad).

Un beso, anónimo lector.

Atreverse

Esta mañana me hubiera quedado en la cama, calentito, envuelto en mi colcha. No me apetecía nada venir a trabajar. Cuando he salido del metro, llovía. La calefacción en la oficina no funciona bien del todo, ahora mismo estoy helado.

En el metro me he puesto a pensar en que pasaría si un día no apareciera en el trabajo, sin avisar. Estoy seguro de que la empresa no se iba a hundir sin mí. Puede que incluso el jefe ni se diera cuenta de que no estaba por ahí. En todo caso, me llamaría a media mañana al ver la mesa vacía y el ordenador apagado y yo me inventaría alguna excusa, una enfermedad, una muerte repentina. No creo que me fuera a despedir por algo así. Esto no es el colegio, aunque a veces lo parezca.

A veces dan ganas de escaparse. Mi oficina tiene una ventana y desde ella veo como llueve sobre esta ciudad gris. Y con este frío me dan ganas de cogerme un avión e irme a un sitio calido y soleado. ¿Hawai? ¿California? San Francisco debe de ser una bonita ciudad.



Ya basta de soñar. Un beso, anónimo lector.

EN LO MÁS DURO DEL DURO INVIERNO

Sé que llevo varios días sin actualizar el blog, y sé que había dicho que me iba a proponer no ser tan vago. Pero esta vez tengo excusa. He estado enfermo. Una gripe (no la del pollo) me ha tenido en la cama durante varios días. No he venido al trabajo, así que no he tenido acceso a Internet (¿qué sería de tantos internautas españoles sin sus ordenadores de la oficina?).

Cuando uno vive solo, estar enfermo es un aburrimiento. Con la cabeza embotada, tapado hasta las orejas para no pasar frío, las horas en la cama se hacen eternas. El mandarino me ha hecho compañía por las tardes, cuando él salía de su trabajo, y me calentaba un poco de caldo de Gallina Blanca. Ese era el mejor momento del día, claro. El resto del tiempo lo he pasado mirando el techo de mi habitación, viendo el nuevo canal de televisión y dormitando.

Pero aquí estoy otra vez. En Cuatro vuelven a poner "Friends", así que podré volver a ver a mi colega favorito, David Scwimmer.



Un beso, anónimo lector (sin miedo, que ya no contagio).

Enterrando recuerdos

A veces me acuerdo con cariño de personas que ya han salido de mi vida. Recuerdo los momentos compartidos con ellos y trato de imaginar como les irán las cosas en la actualidad, deseando que alguna vez, en el futuro, nuestros pasos se vuelvan a cruzar.

Sin embargo, esta mañana me estaba acordando de un amigo que tuve en Santander, un chico que tenía los ojos azules más bonitos que recuerdo haber visto nunca. En aquellos tiempos universitarios yo estaba todavía dentro del armario, pero me acuerdo que, cuando le vi por primera vez, pensé: "me voy a hacer amigo de este chico". Y lo conseguí. En ese momento no me di cuenta, pero quizás fue la primera vez que, inconscientemente, logré seducir a alguien.

Y aunque me acuerdo perfectamente de sus ojos, su sonrisa y su perilla, me acabo de olvidar de un pequeño detalle: su nombre. Diego, David, Sergio... me vienen estos nombres a la mente, pero no me decido por ninguno. el paso del tiempo deja huella...

Por cierto, que el chico en cuestión tenía cierto parecido a Jason Priestley (qué tiempos aquellos). Este es el momento "SuperPop" del día. :-)



Un beso, anónimo lector.