EL DIABLO SE VISTE DE ZARA

A veces me gusta ir al cine entre semana. Hay menos gente y sirve para alterar la rutina diaria. Hace un par de días, después de una de estas jornadas laborales que te queman hasta las cejas, decidí que lo mejor era ver la película más facilona de la cartelera.

La opción fue "El diablo se viste de Prada", una película simpática pensada claramente para un público femenino y homosexual. Al menos, eso es lo que había mayoritariamente en la sala. La peli me recordaba, salvando las distancia, a "Sexo en Nueva York", aunque sin el tono irónico-sarcástico de la serie.

Aunque mi jefa fuera el diablo, a mí no me importaría trabajar en ese mundo. Total, todos los jefes que he tenido, además de malos, eran estúpidos. Meryl Streep interpreta a una mujer sin corazón pero también inteligente. Me gustó mucho la reflexión que hace su personaje sobre la importancia de la moda y como influye incluso en aquellas personas que dicen no prestar atención a su aspecto o a su ropa. Vestirse de una u otra manera siempre implica una decisión previa, y puede decir mucho sobre la persona.

Uno de los chicos de la película es Simon Baker, interesante rubito al que, por si me lee, le quiero dar un par de consejos: primero, que la próxima vez que tenga que salir sólo con una toalla, procure bajar un par de kilos de tripa; y segundo, que no se depile el pecho, que se le nota mucho. Va a ser verdad que hay gente que gana vestida, de Prada o de Zara.



Un (cinéfilo) beso, anónimo lector.

Fobias

Creo que éste va a ser el artículo más tonto que haya escrito en este blog. Pero este es un blog sin pretensiones, así que poco importa. Mi inspiración no da para más últimamente.

Siempre me han dado como asco los anuncios de la colonia de Hugo Boss. Era ver al guaperas sonriente y despeinado en blanco y negro, escuchar lo de "Don´t imitate, innovate", y el estómago empezaba a revolvérseme. De verdad. Llegó un momento en que empezaba a cambiar de canal en cuanto empezaba el anuncio.

Y siempre me ha dado como repelús Jonathan Rhys Meyers. Estos chicos de facciones perfectas parecen maniquíes de plástico. Son tan expresivos como estatuas de sal. Es como si no tuvieran alma. Supongo que eso es lo que vio Woody Allen en él para darle el papel protagonista de "Match Point".

Así que, en el fondo, no me extraña que el último anuncio de Hugo Boss esté protagonizado por Rhys Meyers. Doble repelencia.

La imperfección es mucho más interesante. Tiene personalidad. Prefiero mil veces más a Mathieu Kassovitz anunciando Miracle de Lancome.



Un (imperfecto) beso, anónimo lector.