Feo
Sé que es todo psicológico, pero llevo varios días -¿semanas?- que me veo en el espejo feo y gordo. No es que con el nuevo año haya mutado, pero me siento así. Supongo que será que estoy bajo de ánimo. O que necesito ir a las rebajas a renovar el vestuario. O ir al peluquero a que revolucione mi imagen. O hacerme un "extreme makeover" de esos.
Lo que sí es cierto es que las Navidades me han dejado con dos, o tres, kilos de más. Es difícil resistirse al turrón, sobre todo al de chocolate. Ya se sabe, el sustitutivo del sexo... Debería ser complemento, ¿no?
Así que he retomado mis sesiones de gimnasio con energías renovadas. A ver si consigo cambiar el exceso de chocolate por una bonita tableta de chocolate. Es imposible, pero de ilusión también se vive, ¿no? Por lo menos, puedo contemplar el inalcanzable cuerpo del nuevo monitor (tiene que dar ejemplo, claro. Un monitor gordo no da garantías), mientras veo en la tele como Roger Federer arrasa en el Open de Australia. Que bueno es... y que bueno está. Tengo debilidad por los tenistas, lo reconozco.

Un (frívolo) beso, anónimo lector.
Lo que sí es cierto es que las Navidades me han dejado con dos, o tres, kilos de más. Es difícil resistirse al turrón, sobre todo al de chocolate. Ya se sabe, el sustitutivo del sexo... Debería ser complemento, ¿no?
Así que he retomado mis sesiones de gimnasio con energías renovadas. A ver si consigo cambiar el exceso de chocolate por una bonita tableta de chocolate. Es imposible, pero de ilusión también se vive, ¿no? Por lo menos, puedo contemplar el inalcanzable cuerpo del nuevo monitor (tiene que dar ejemplo, claro. Un monitor gordo no da garantías), mientras veo en la tele como Roger Federer arrasa en el Open de Australia. Que bueno es... y que bueno está. Tengo debilidad por los tenistas, lo reconozco.

Un (frívolo) beso, anónimo lector.