Aquí no hay quien viva

¡Qué bonita es Sevilla! Me encantó la ciudad.

Lo malo, como siempre, ha sido volver. Los vecinos del piso de abajo se han comprado un perro. Ellos son muy majos y los perros me gustan. O debería decir que ellos eran muy majos y los perros me gustaban. El animal se pasa todo el día ladrando. ¡No se cansa nunca! Por suerte, por las noches se calla, pero ayer empezó su serenata a las siete de la mañana.

Los vecinos del patio ya han empezado a quejarse. Yo no he dicho nada aun, pero también comienzo a estar harto.

Por si fuera poco, se acaba de instalar en uno de los apartamentos de mi rellano una pareja que discute bastante. Espero que no terminemos saliendo en "Gente"...

Pero es que en mi piso no tengo ni un portero en condiciones. Por pedir que no quede, podríamos tener a uno como Iker Casillas.




Un (mundialista) beso, anónimo lector.

ME VOY A SEVILLA

Este fin de semana Madrid se llenará de chulapos y chulapas con claveles en la cabeza. Pero yo no los veré. ¡Me voy a Sevilla con el mandarino!

Al chico le encanta la cultura andaluza, la Niña Pastori, Falete y bailar sevillanas. De hecho, estuvo un par de años viviendo en Málaga antes de venir a Madrid. Dice que su hombre ideal es un morenazo de ojos verdes, aunque ha terminado con un norteño palido y rubito de ojos marrones. Él, en cambio, sí que es mi chico ideal (esto lo digo porque sé que me lee).

En cambio, yo sólo he estado en el Sur cuando fui de excursión con el colegio a la Expo de Sevilla. Me acuerdo del calor que hacía, de las colas del pabellón de Canadá, de la Giralda y de poco más.

Pero tengo muchas ganas de ir. Es la primera escapada más o menos larga que hacemos juntos.

Por cierto, ¿soy el único que piensa que "Aquí no hay quien viva" ha perdido mucho? Yo echo de menos a Diego Martín.



Un (sureño) beso, anónimo lector.

¡Batuka!

No me puedo creer lo que voy a decir, pero estoy harto de ver el culo de Eduardo Noriega (o de su doble) cada vez que enciendo la tele. Además, con tanto retoque de photoshop no se sabe donde termina el auténtico Noriega y donde empieza el Noriega digitalizado.

Ya me gustaría a mí eliminar la grasa como si fueran pixels. Y ya de paso, que me hicieran crecer unos cuantos centímetros.

Pero no, como no soy un Sim, yo como mis filetes a la plancha, mi verdurita sosa y paso mis tardes en el gimnasio. ¡Que se acerca el verano! Y por si fuera poco, al Mandarino le ha dado por la Batuka. Pues mira, no. No puedo con la sonriente cara de la monitora enfundada en mallas marillas mientras dice: "y ahora... los brazos de la cumbia. ¿A qué es divertido?". Y yo dando vueltas como un pato mareado recogiendo melocotones de un árbol. La música en plan "Batuka pa gosá", mi Mandarino ocupando toda la sala moviendo los brazos como un figurante de "Fama" y yo insultando a la rubia. ¿Batuka "paso a paso"? JA, los coj...

Y es que uno viene descoordinado de fábrica. Para los que tenemos dos pies izquierdos, el aerobic, el spinning y todas esas gilipollicing para sudar son torturas.

Lo dicho, que me quedo con Eduardo Noriega vestido y sin filtros.



Un (exhausto) beso, anónimo lector.