Fidelidad
Un amigo mío mantiene una relación a distancia (digamos que les separa un océano). Dice que está muy enamorado y que quiere luchar por el futuro de esa historia. Pero el otro día me confesó que se enrolló con un tercero, un rollo de una noche, un extranjero famoso. Se sentía culpable y no me quiso dar otros detalles, pero se consolaba diciendo que "después de tres meses, estoy seguro de que él (su pareja transoceánica) también me ha puesto los cuernos".
Una amiga mía mantiene una relación estable con un chico desde hace años (digamos que hasta viven juntos y todo). Dice que está muy enamorada e incluso piensa en anunciar su boda más pronto que tarde. Pero el otro día me confesó que, desde hace unas semanas, un compañero de trabajo la invita a cenar, la lleva al teatro y le envía emails subidos de tono. Ella no le ha hablado de este amigo a su pareja, pero se justifica diciendo que "él (su admirador) no me interesa, pero me encanta la sensación de sentirme deseada, el coqueteo, la novedad".
Yo estoy convencido de que toda infidelidad es señal de que algo no va bien en una relación, pero entre un caso y otro, creo que, dentro de lo malo, es peor estar continuamente fantaseando con un tercero que unos cuernos puntuales.
Además, cuando uno tiene un mandarino como el mío, no se me ocurriría irme con cualquier melón. Ni aunque el melón responda al nombre de Ernesto Alterio.

Un beso, anónimo lector.
Una amiga mía mantiene una relación estable con un chico desde hace años (digamos que hasta viven juntos y todo). Dice que está muy enamorada e incluso piensa en anunciar su boda más pronto que tarde. Pero el otro día me confesó que, desde hace unas semanas, un compañero de trabajo la invita a cenar, la lleva al teatro y le envía emails subidos de tono. Ella no le ha hablado de este amigo a su pareja, pero se justifica diciendo que "él (su admirador) no me interesa, pero me encanta la sensación de sentirme deseada, el coqueteo, la novedad".
Yo estoy convencido de que toda infidelidad es señal de que algo no va bien en una relación, pero entre un caso y otro, creo que, dentro de lo malo, es peor estar continuamente fantaseando con un tercero que unos cuernos puntuales.
Además, cuando uno tiene un mandarino como el mío, no se me ocurriría irme con cualquier melón. Ni aunque el melón responda al nombre de Ernesto Alterio.

Un beso, anónimo lector.